El Mundial de Suecia aún sigue latiendo en nuestros corazones, seguramente será un recuerdo imborrable. Además de valorar el hecho deportivo como único y trascendente en la historia de nuestro deporte y de ilusionarnos por lo que viene, recordemos que Argentina tiene la chance histórica cerca del final de año de clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres, en los Panamericanos de Guadalajara con un plantel de jugadores muy jóvenes que nos garantizan futuras alegrías. Lo que debemos hacer los amantes del handball es "usar" (en el mejor sentido de la palabra) este hecho y a esta selección como trampolín, para que de una buena vez por todas el handball de un salto de calidad.
No pretendo que se convierta en el fútbol, es utópico y tampoco quisiera ese manoseo económico e informativo que hoy padece el deporte rey y parece arruinar su belleza, tampoco apuntaría en el corto plazo a una Liga Nacional de la competitividad del Básquet. Pero empecemos por lo simple y por lo inmediato, pensemos en variantes y recursos que produzcan lo que mas necesitamos: QUE MAS GENTE JUEGUE AL HANDBALL, de todas las edades, pero fundamentalmente la base por supuesto con quien debemos trabajar y proyectar a largo plazo.
Necesitamos convertir el handball en una opción atractiva para los padres de aquellos chicos que vibraron con las atajadas de Schulz y alucinaron con la magia del Chino Simonet. ¿Qué ofrece hoy el handball metropolitano? Poco y nada, todo lo que el chico y la familia recibe lo otorga el club, el cual está compuesto por gente apasionada que pasa sus días invirtiendo en que esos chicos se mantengan dentro de este sistema que pareciera no contemplar al jugador. Todos necesitamos una mejora, necesitamos que los chicos paguen menos, debemos sponzorizar la Federación para que esta pueda bajar los costos, debemos conseguir material deportivo para que se distribuya entre todos los clubes, debemos capacitar a los entrenadores para que nuestros chicos reciban cada vez mas y mejores estímulos, debemos hacer del arbitraje una tarea amigable y no una caza de brujas, debemos hacer el handball metropolitano regionalizado para evitar traslados innecesarios que encarecen y no siempre son imprescindibles ¿es fundamental que un infantil de Moreno tenga que viajar hasta La Plata para jugar dos tiempos de 20 minutos?
La primer crítica a la regionalización es que en principio bajaría el nivel, analicemos el siguiente caso. Ballester es de los clubes mas grandes del país, supongamos que en un primero momento sufra por tener que jugar contra una Colegio vecino en formación. Pero en el corto plazo ese Colegio crecerá y será competitivo ¡es cuestión de tirar todos para el mismo lado! Quizás unos pierdan un poco en el comienzo, pero al fin y al cabo es beneficioso para todos. Y luego esos clubes grandes como Ballester que seguramente ganarán su zona si se cruzarán en un torneo final contra los demás para ver quién es el mejor de Buenos Aires. Y permitámonos soñar con un Torneo Nacional donde el jugador no tenga que pagarse los gastos, con esos encuentros de mini tan hermosos que hace el basquet. Soñemos con descontracturar la competencia hasta los 13 o 14 años, que los chicos jueguen mucho, muchos partidos, en todos los puestos, que se mezclen con otros equipos (jamboré), en fin que tengan múltiples experiencias.
Y este proyecto deberá ser extensivo a todo el país por supuesto, estoy seguro que si se planifica y se aplica en pocos años no tendremos un Agustín Vidal que es un arresto individual, tendremos jugadores frutos de las Ligas del Interior que por supuesto crecerán porque tienen muchas ganas de hacerlo y están capacitados ¿Alguien pensó alguna vez la cantidad de jugadores que se pierde el handball por no tener la estructura para captarlos? Nuestro deporte no ofrece ni siquiera una camiseta a los chicos, mientras otros dan pensión y estudios pagos. Debemos explotar todo el país, en la cantidad seguramente explotemos la calidad.
Y en un futuro le ganaremos a Suecia no sólo por tener una camada increíble de jugadores contemporáneos y profesionales. Derrotaremos a los europeos fruto del trabajo interno, de dejar de lado las rencillas individuales y el llevar agua cada uno para su molino. Cuando soñemos y trabajemos por un handball realmente para todos. Que así sea.
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