Los antecesores de oro

Vivimos una realidad donde la tecnología y la actualización de información permanente hace practicamente imposible desconocer la actualidad. Hoy Diego Simonet nos tiene al tanto vía Twitter de todas sus actividades mientras que Federico Vieyra o Agustín Vidal anuncian por Facebook en que club continuarán sus carreras en ASOBAL.

En numerosas oportunidades he destacado a esta camada de jóvenes jugadores como "la generación dorada", estos chicos tras el cimbronazo mediático que significó la victoria a domicilio contra Suecia han sabido crecer y explotar, y son los responsables de que hoy nuestro deporte sea bastante mas conocido. Esta selección tuvo y tiene toda la difusión que se merece, porque son francamente los que nos llevarán hasta donde el handball nunca estuvo.

Sin embargo quisiera destacar en este sencillo escrito a los antecesores, a aquellos jugadores que sentaron las bases para que esta explosión pueda producirse. Estoy hablando de una generación de jugadores que dio los primeros pasos de la historia mundialista del handball Argentina, que enfrentaron a grandes potencias y que luego de mucho trabajo lograron incluso ganarle a algunas de ellas.

Hoy nadie duda de que Argentina estará en el próximo mundial de Handball, incluso hay quienes dan por sentado que pasará de fase como lo hizo en Enero rompiendo todos los pronósticos. Pero por allá por el año 1996 fue toda una hazaña vencer a Estados Unidos y jugar la final con Cuba, perdiendo tan solo por un gol. De la mano del cubano Quiala, los jóvenes Canzoniero, Viscovich, Kogovsek, Sznitowski, Jung, Buceta y Morlacco (entre otros) nos llevaron al primer mundial en aquel Panamericano de Colorado Springs.

Con Roberto Casuso como entrenador Argentina tuvo su debut mundialista en Kumamoto 1997 (recordemos que Argentina había sido invitado al Mundial "B" de Austria 92). Perdió con Corea (gran partido de Morlacco con 8 goles, que en ese entonces todavía se llamaba Morlachi), perdió por goleada con Suecia y con Francia; dejando mas que claro que las diferencias eran abismales.
Argentina formaba con Gabriel Canzoniero, Roberto Morlacco, Pablo Sznitowski, Martín Viscovich, Pablo Buceta, Gustavo Fernandez y Martiniano Molina, integraban aquel equipo un jóven Andrés Kogovsek, Alejandro García, Eric Gull, Alejandro Smith, Rodolfo Jung y Chiche Belinky entre otros.

Con el tiempo llegó la primera victoria Argentina en un Mundial, fue ante el clásico rival Brasil. Dando vuelta un partido imposible donde Bruno Souza mostró toda su magia, sin embargo los cariocas no supieron cerrarlo y la victoria fue para Argentina por 20 a 19, tras ir perdiendo todo el partido. Algunos días mas tarde llegó el histórico empate ante Argelia, con gran actuación sobre el final de Gonzalo Viscovich para sellar el empate en 23.

Argentina dió un salto cualitativo importante, algunos jugadores se profesionalizaban y llegaban al viejo continente como Eric Gull, Morlacco, los hermanos Viscovich y Cristian Canzoniero a Brasil, luego estos también poblarían las ligas europeas.
Y llegó el mundial del 2003, jugadores mas jóvenes como Fernando García, Juan Francisco Ojea y Bruno Civelli se sumaban a los grandes de siempre. Argentina debutaba nada menos que ante quien sería el campeón de dicho mundial: Croacia, con genios como Dzomba, Balic, Goluza y Metlicic. Argentina se plantó de igual a igual y ganó un partido para el infarto, la última atajada de Cristian Canzoniero a Dzomba es uno de los momentos mas gloriosos del handball argentino

Tras ese partido y pensando que todo estaba dicho, que no se podía esperar más Argentina logró otro resultado histórico, un empate ante el último campeón olímpico. Rusia con Maximov en el banco, Pogorelov, Krivochlykov, Kokcharov y compañía no podían con el equipo de Mauricio Torres que hacía historia en Portugal.
Una insólita derrota ante Arabia Saudita privó al conjunto nacional de avanzar a la próxima fase, sin embargo yo soy de los que creen que aquel fue un gran mundial. El planteo de ¿cómo se perdió con Arabia? no empaña para nada la gran victoria y el empate ante dos potencias históricas del handball.

Luego vino el conflicto entre un grupo de jugadores y el entrenador, Argentina ganó el Panamericano 2004 y Mauricio Torres dió un paso al costado, llegó Jordi Ribera y volvieron los jugadores que habían renunciado. El mundial de 2005 trasncurrió sin pena ni gloria, para el 2007 volvió Mauricio Torres, Argentina volvió a darse el gusto de ganarle a Brasil en la zona aunque quedó lejos de clasificar.

Paralelamente se comenzaba a gestar esta camada de jugadores que se destacaban en juveniles y juniors, la llegada de Eduardo Gallardo y Guillermo Milano ya es historia reciente y conocida.

Pero marche mi reconocimiento para aquellos jugadores que nos marcaron el camino y para Mauricio Torres que los lideró, no quisiera olvidarme de ninguno, de aquellos jugadores con los que llenaba la pared de mi pieza mientras hacía las inferiores y soñaba en algún momento ser como ellos. Disfrutemos de esta camada acutal y estemos eternamente agradecidos a aquellos, yo al menos lo hago: GRACIAS!!!