La selección Argentina hizo un excelente mundial, estremecedor, para la historia. Consiguió que el handball sea tema de charla, incluso en lugares impensados como en el furgón del tren Sarmiento. Apreciar el éxito y el crecimiento de este equipo es algo extraordinario, sin embargo los que amamos este deporte no debemos permitir que el árbol nos tape el bosque. Este logro debe ser el comienzo del desarrollo del handball argentino, a estos chicos le estaremos eternamente agradecidos porque su sacrificio, su entrega y su talento puso a nuestro deporte en primer plano, ahora estará en manos de los dirigentes de la Confederación Argentina y de las Federaciones de cada provincia reunirse (de forma inmediata) y confeccionar un plan que apunte a sumar chicos a la base, o sea el objetivo primordial CONSEGUIR QUE MAS GENTE JUEGUE AL HANDBALL.
Luego debemos ser ambiciosos e ir por la Liga Nacional, es innumerable la cantidad de jugadores del interior del país que el deporte se pierde por no estar fuertemente desarrollado y no brindar una estructura que capte y contenga a los talentos del interior. Del plantel que nos representó de forma espectacular en Suecia sólo Agustín Vidal es del interior, e hizo un sacrificio él y su familia, no hubo una estructura que lo contenga, estimule y respalde. El resto de los jugadores representa la triste realidad, sólo la Femebal nuclea la mayoría de los jugadores, el interior crece muchísimo y cada vez mas, se puede apreciar en los torneos nacionales, pero en base al esfuerzo de los baqueanos, no porque exista un proyecto nacional y federal. Debemos felicitar y agradecer a esos entrenadores mendocinos, cordobeses, jujeños, etc que dedican su vida y sus horas a difundir el deporte, remando contra viento y marea.
También debemos ser honestos y reconocer que gran parte del éxito obtenido se debe a que la selección Argentina no representa la realidad del handball argentino, esto quiere decir que está compuesta por jugadores profesionales cuando el medio local es ABSOLUTAMENTE amateur. Tomemos un ejemplo claro, la selección Brasilera que terminó en el 21 lugar es una de las selecciones mas flojas verdeamarelhas que se han visto en los últimos tiempos, las probabilidades de conseguir el boleto olímpico en Guadalajara son muchas para Argentina. Sin embargo los brasileros están todos jugando en su país, tienen una Liga Nacional muy fuerte, torneos regionales muy competitivos y sus jugadores son atletas semi profesionales. Es por este motivo que desde aquel glorioso Ferro de Képiro y compañía sólo Luján reforzado con Gull, Morlacco y G. Fernández pudo ganar UN torneo sudamericano de clubes, el resto fueron todos para equipos brasileros. La cuestión es muy simple, la estructura, el desarrollo y la planificación del Handebol es muy superior, allí se piensa y se planifica, aquí estamos a los ponchazos. Piensen si alguno de los equipos de Liga de Honor argentina tuviera que jugar contra Metodista, de 10 partidos se puede ganar 1, y en circunstancias particulares.
Este momento de gloria ya se vivió en 2003, con la victoria ante Croacia y el empate ante Rusia, en aquel momento la selección albiceleste era sponsoreada por Aerolineas Argentinas y por Firestone. Todo aquel esfuerzo del cuerpo técnico y los jugadores cayó en saco roto, y volvimos a la triste realidad. Es obligación de todos los que amamos el handball poner nuestro granito de arena para que se produzca el despegue, y por supuesto de los dirigentes de encausar toda esta euforia. Se que yo no veré el cambio, se que seguiré siendo amateur hasta mi retiro, pero sueño con que mi hijo a la hora de elegir el deporte pueda optar por un handball organizado, que de ganas y mas ganas de participar, que sea competitivo y abarcativo, que sea en fin todo lo que soñamos.
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