En un excelente partido disputado a dientes apretados como una verdadera final, la selección Argentina cayó dignamente contra Eslovenia por 32-29 pero de nuevo quedó el sinsabor del final, porque se estuvo muy cerca de la victoria.
En un gran primer tiempo y con un Pablo Simonet iluminado desde el armado (goleador argentino con 6 goles), Argentina remontó el resultado varias veces y se fue al entretiempo arriba por la mínima, 17-16.
El segundo tiempo arrancó también de gran forma para los dirigidos por Fernando García llegando a sacar una diferencia de 3 goles cuando faltaban 6 minutos. Pero los pibes sufrieron el "karma" de este mundial de no poder cerrar los partidos y en una ráfaga, los eslovenos metieron 5 goles seguidos y esfumaron las chances de nuestra selección. Una pena terminar de esta manera porque tanto los jugadores como el cuerpo técnico merecían terminar con una victoria por todo el esfuerzo realizado en la previa al mundial.
El deporte es así, a veces te da y otras tantas te quita, pero siempre da revancha! Ahora será tiempo de hacer un balance y posterior análisis de las cosas que se hicieron bien y de aquellas que no para modificarlas.
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