Actitud

La semana pasada el Torrevieja ganó un partido importante en la cancha del Amaya Sport San Antonio. Si bien está matematicamente salvado del descenso la victoria es trascendente, sobre todo teniendo en cuenta que el conjunto de Pamplona es practicamente finalista de la EHF tras ganar en la ida de visitante hoy.

El final del mencionado partido tuvo una pequeña escaramusa, ya que Sebastian Simonet detuvo de forma un tanto violenta el último avance del conjunto antoniano. Inmediatamente en su cuenta de Twitter pidió perdón y como se pudo ver en video la cosa no fue tan grave, no pasó de un agarrón normal, cosa que cualquiera hubiera hecho en esa situación. Convengamos que el atacante estaba lejos del arco y practicamente sobre el lateral, no estamos hablando de una jugada desleal, ni de una acción de karate.

Marcelo Bielsa siempre sostuvo "puedo tolerar la falta de talento, pero nunca la falta de actitud", en esta semana santa ante la falta de actividad metropolitana de handball me puse a ver fútbol. La falta de actitud de algunos jugadores profesionales es alarmante, indignante. Del medio local e internacional, gente que pierde la pelota y no se inmuta o que los resultados no le sacan una mueca de la cara. Y fue en ese instante cuando me acordé de Seba Simonet, reflexionaba: este chico está vendido hace un mes al Ivry, su equipo está salvado del descenso o sea objetivo cumplido, y sin embargo él juega los 60 minutos, cada vez mejor y si tiene que sacrificarse sobre el final colgándose de un rival lo hace. 

Ante las numerosas lesiones de sus compañeros, entre ellos su hermano Diego, Sebastián en muchos partidos juega todo el partido, está rindiendo de la mejor forma y su sacrificio es admirable. Está claro que el objetivo del Torrevieja es mantener la categoría, ni siquiera soñar con entrar a las copas europeas, entonces cuando lo consigue varias fechas antes bien se podría pensar en el relajo de los jugadores, sobre todos de los que tuvieron un mundial tan exigente como el caso de los argentinos. Sin embargo Sebastián Simonet persiste con la actitud de siempre, aquella que tenía cuando en cadetes era imposible marcarlo, la que lo llevó a la Selección Argentina y a jugar en el mejor nivel de Europa. Es un orgullo ser compatriota de un deportista con esta actitud.

A veces nos quejamos de la falta de difusión del handball, sin embargo en estas cuestiones es bueno que nuestros jugadores sigan manteniendo ese espíritu amateur, esa llama que enciende la pasión y que el dinero no puede comprar.