El Tercer mundo

El fin de semana se produjo un hecho lamentable que debería ponernos a todos en alerta. En el partido de Liga de Honor Caballeros entre Dorrego y Mitre, un jugador de Dorrego sufrió una fractura de mandíbula al chocar con Pablo Olivero tras intentar interceptar un contra ataque, la ambulancia nunca apareció y fue el mismísimo entrenador de la selección Guillermo Milano quién tuvo que trasladar al jugador al centro médico más próximo.

En ese momento se decidió la suspensión del partido de Liga de Honor entre ambas instituciones. La situación pasa inadvertida en la página de femebal, sólo se anuncia entre paréntesis que el partido fue suspendido sin mayores explicaciones. En este caso creo que deberíamos imitar el ejemplo del rugby, donde de no haber una ambulancia presente no comienza ningún partido. No puede ser que los jugadores no cuenten con atención médica inmediata, muchas veces la presencia de un médico in situ puede solucionar muchos problemas, sobre todo si la lesión el evento desafortunado es grave. Además todos sabemos que los clubes no cuentan con médicos, ya que no hay salarios ni posibilidad de sostenerlos. Salvo alguna institución que tenga la fortuna que el padre o hermano de algún jugador sea médico los jugadores están a la deriva.

En el ámbito del handball pareciera que se espera que todo salga siempre bien, ¿cuánto mas debemos esperar para tomar cartas en el asunto? ¿habrá que lamentar un hecho fatal? Ya sucedió varias veces que un jugador salga malamente lesionado y tengan que ser sus compañeros, familiares o rivales quienes lo trasladen de emergencia. ¿el famoso seguro de la Federación no podría incluir una ambulancia por cancha?

De no solucionar este problema seguiremos en la ruleta rusa, ya que el nuestro es un deporte de contacto donde lamentablemente las cosas pueden suceder. La lesión del jugador debe llevar a una reflexión profunda, no sólo ser un "episiodio aislado" o "hecho desafortunado".