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miércoles, 20 de abril de 2011

La dignidad de los jugadores


En estos momentos se está dando un choque político entre la UAR y la URBA, las uniones de Rugby Argentina y de Buenos Aires chocan sus intereses por el profesionalismo. Lejos de inmiscuirnos en la trifulca del deporte de la guinda quisiera destacar la frase con la que cierra la UAR su defensa sobre la beca de Alto Rendimiento que están cobrando los jugadores de los Pampas XV, luego de una extensa carta justificando este programa dicen "para seguir defendiendo lo más importante y sagrado que tiene el Rugby: LOS JUGADORES"

Esto me dispara inmediatamente una reflexión ¿qué lugar ocupan los jugadores para la estructura del Handball de Buenos Aires y Argentina? En el ámbito de Femebal (que es el que conozco) los jugadores no son tenidos en cuenta ni para el armado del fixture ni para el sistema de competencia.

Es frecuente y recurrente estar definiendo títulos, descensos, ascensos y puestos importantes en Diciembre, luego de un año calendario extenso y duro. No se tienen en cuenta los calendarios académicos de las Universidades (cosa que la URBA si hace, antes de que me tilden de loco) ni los tiempos de los jugadores. Es así que un equipo termina cerrando su permanencia en Diciembre, luego de haber trabajado todo el año, de haber estudiado todo el año y de haber entrenado y competido todo el año, el resultado obligado es minimamente fatiga, física y psíquica.

Se han dejado de realizar los torneos "preparación", de forma que la puesta a punto queda a cargo exclusivamente de los clubes y los jugadores. Es así que las entidades alemanas realizan un ya clásico cuadrangular, y otros equipos hacen lo propio buscando llegar de la mejor forma al comienzo del Apertura.
Hace un par de años se optó por este sistema de dos torneos, el primero para definir ubicaciones y el segundo bien puede ser para buscar un ascenso, evitar el descenso o flotar en la mantención de la categoría. No digo que sea ni bueno ni malo, lo que digo es que jamás se consultó a los jugadores por el sistema de competencia. Los jugadores con sus cuotas sociales, deportivas y federativas son quienes en definitiva solventan el deporte, así que sería lógico que tengan voz y voto.

Por último la crítica también hacia los propios jugadores (me incluyo absolutamente), ¿por qué nunca fuimos capaces de agruparnos en una asociación de jugadores? ¿por qué nunca peleamos por nuestros derechos? ¿Será una cuestión de egos o de falta de tiempo? Lo cierto es que hasta no estar organizados como corresponde no hay derecho al pataleo. Mal podremos reclamar por mejoras desde lo individual.
Siempre recuerdo un torneo, justamente preparación, en Polvorines. Como había habido una modificación en cuanto a los viáticos de los árbitros, y éstos estaban en contra decidieron no presentarse a la cancha. Ahí quedamos 4 equipos, dos listos para jugar, entrando en calor, y otros dos esperando. Solos, desamparados, sin representación y pagando los platos rotos de un conflicto que no nos pertenecía. Los árbitros se organizaron en una asociación y a partir de ahí lograron mejoras salariales, los jugadores sin embargo seguimos siendo el último orejón del tarro, seguimos jugando en horarios y días incómodos (sólo la Liga de Honor tiene el privilegio del sábado a la tarde), infantiles 10 de la mañana en donde toque, tercera 20.30 del domingo donde toque. ¿Por qué no se planteó nunca comenzar a jugar algunas categorías mayores los viernes a la noche y descomprimir un poco así el fin de semana? Simple, porque nunca se piensa en los jugadores y los jugadores no tienen la capacidad de lograr ser escuchados.

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