Desde este blog siempre intentamos brindar un punto de vista honesto, sincero y lo mas coherente posible; siempre pensando en el bien del deporte y en que crezca todos los días un poco.
Hoy Argentina acaba de coronarse campeón Panamericano Juvenil Masculino, antes fueron los Junior. Este año luego de aquella fatídica experiencia de 1995 vuelve a celebrarse un mundial en nuestro país. Y así como muchas veces desde este espacio criticamos algunas cosas que no nos parecen bien en cuanto a la Federación Metropolitana, también es coherente que reconozcámos y nos alegremos por el gran avance que ha habido en cuanto a las selecciones nacionales.
No podría hablar específicamente del trabajo técnico táctico porque no estoy demasiado empapado en el tema, aunque remitiéndonos a los resultados y las personas que componen los grupos de trabajos seguramente la conclusión es que la preparación ha sido mas que buena.
Me refiero en este post fundamentalmente a la evolución que ha habido en materia de infraestructura, sin ir mas lejos pensemos que en un tiempo no muy lejano los jugadores debían pagarse los viajes para poder ir a competir (Mundial Junior de Suiza 2001 por ejemplo), también hubo casos donde un equipo trabajó un año entero entrenando 3 veces por semana en el CENARD y a días del torneo se les comunicaba la imposibilidad de viajar (la selección Junior categorias 78,79-80 al mundial de Qatar 99).
Hoy esos tiempos nefastos han quedado atrás, los jugadores pueden dedicarse a entrenar, viajan con cantidad y calidad de ropa e incluso se les permite quedárselas luego de los torneos, lo más coherente, ya que en otros tiempos el conjunto de ropa se devolvía íntegro.
En la actualidad las selecciones juegan amistosos, hacen giras (las chicas a Hungria, los varones a Paris Bercy) y se preparan de la mejor forma para los torneos. Esta es la señal inequívoca de que se está por el buen camino, seguramente quedan cosas por mejorar pero también debemos ver el vaso medio lleno.
Es hora de que las federaciones se unan, que todos tiremos para el mismo lado y acompañemos el crecimiento de estos equipos nacionales, quizás siendo una de las deudas pendientes que sean realmente "nacionales" hablando del federalismo. Para ello habrá que soñar con una Liga Nacional, fortalecer la competencia provincial, estimular a las escuelas de todo el país, en definitiva una inyección económica y de handball para todo el territorio. Para que estos logros sean el comienzo del dominio continental.
No quiero cerrar este post sin agradecer a todos los jugadores y al cuerpo técnico, de la selección Juvenil, la Junior y la Mayor, por representarnos con tanta hidalguía, por todas esas jornadas extensas de sudor y sacrificio y por vivir esa sensación inigualable de calzarse esa hermosa camiseta celeste y blanca, porque al momento de usarla, transpirarla y honrarla nos representan a todos, al profe anónimo del playón que dedica su vida a los pibes, al nene que sueña con estar ahí, al aficionado que llega corriendo del trabajo para correr atrás de la pelota, a los padres que comentarán "bien los pibes eh!" A todo el handball argentino. Simplemente GRACIAS.
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